Hispanos camino a la esperanza
Cuando hoy hablamos de Hispanoamérica nos referimos a todos los países americanos de habla española : Argentina, Bolivia,Chile, Colombia, Ecuador, El salvador, Guatemala, Méjico,etc.
Aproximadamente el 30 por ciento de la población de los Estados Unidos será latina o de origen latino para el año 2050. La población latina ya es el grupo minoritario más numeroso y se triplicará entre el 2005 y el 2050 si se mantienen las actuales tendencias demográficas.
La comunidad de habla española "tiene un idioma común", en una sociedad donde el inglés ha imperado y donde prácticamente se ha considerado que no se sobrevive si éste no se habla. El idioma de los emigrantes es el español tanto en los padres como en los hijos y nietos. Las nuevas generaciones no son hablantes sólo de inglés, son bilingües. Son la minoría más grande de los Estados Unidos.
Aunque es cierto que el dominio del inglés es necesario para poder ascender en la escala social y establecerse sólidamente en los Estados Unidos, el español ha llegado (y junto con el inglés) se ha convertido en el idioma de la comunicación entre la comunidad venida de Latinoamérica. Las nuevas generaciones aprenden el inglés en la escuela, pero hablan el español en la casa, en el barrio, en la iglesia, en el supermercado, etc. El español no es el idioma de los abuelos, es también el idioma de ellos.
Es necesario entender que hay diversidad racial dentro de la comunidad de habla castellana. Hay blancos, negros, mestizos... Los hablantes hispanos no son una raza, son un grupo humano que tiene en común el idioma español como lengua de la comunicación. A la mayoría de los miembros de la comunidad de habla española le gusta referirse a ellos mismos de acuerdo al país de origen: mexicano, cubano, colombiano, etc.
Los llamados países clásicos de la inmigración (Estados Unidos, Canadá y Australia) junto con las naciones europeas de donde vinieron muchos de los actuales latinoamericanos (Italia, España y Portugal) son los principales destinos de quienes han decidido hacer su vida en el exterior.
Una de cada tres personas en California es latina y representan tres cuartos de la población de este estado. Estados Unidos es uno de los principales receptores de inmigrantes sobre todo venezolanos y mejicanos. En España, uno de cada cuatro nuevos trabajadores que cotizan en la seguridad social son inmigrantes, que proceden principalmente de Ecuador y Colombia.
El problema político y la desestabilización económica no les deja otra salida que la de emigrar. Los trabajos que se ofertan en su mercado son de baja paga, con jornadas de trabajo muy largas. Por una tarea similar en Estados Unidos los trabajadores pueden percibir entre 8 y 10 veces más que en sus países de origen. Por ello, buscan una opción de trabajo en ese país.
Los latinos emigran a América del Norte por el desencanto que sienten con las pocas posibilidades de progreso económico que les ofrecen sus respectivos gobiernos latinoamericanos. Así que abandonan sus hogares para probar suerte en busca de “el sueño norteamericano”.
La situación es grave en Hispanoamérica: la educación pública de estos países es inadecuada (falta de equipo, materiales, aulas y de maestros/ as capacitados). Esta educación de baja calidad que poseen provoca que las expectativas para graduarse sean pocas por lo que muchos jóvenes abandonan la escuela.
Una vez han llegado a su destino, tras mucho sacrificio y un viaje muy peligroso se encuentran sin dinero, casa ni trabajo y con que la mayoría de los norteamericanos (sobre todo en Estados Unidos) no los tratan con respeto. Atónitos ante la cruda realidad, muchos son trasladados a cárceles cargadas de violencia y abuso.
Los que nos son apresados son, incluso, perseguidos y tienen grandes dificultades para encontrar un empleo por el simple hecho de ser “inmigrante”. Los trabajos a los que pueden acceder son los que rechazan los residentes en el país (jornadas muy largas de trabajo con un salario mínimo).
Estos emigrantes son conscientes de la cruda realidad: descubren que el sueño norteamericano era sólo un sueño del que acaban de despertar”.
Cuando hoy hablamos de Hispanoamérica nos referimos a todos los países americanos de habla española : Argentina, Bolivia,Chile, Colombia, Ecuador, El salvador, Guatemala, Méjico,etc.
Aproximadamente el 30 por ciento de la población de los Estados Unidos será latina o de origen latino para el año 2050. La población latina ya es el grupo minoritario más numeroso y se triplicará entre el 2005 y el 2050 si se mantienen las actuales tendencias demográficas.
La comunidad de habla española "tiene un idioma común", en una sociedad donde el inglés ha imperado y donde prácticamente se ha considerado que no se sobrevive si éste no se habla. El idioma de los emigrantes es el español tanto en los padres como en los hijos y nietos. Las nuevas generaciones no son hablantes sólo de inglés, son bilingües. Son la minoría más grande de los Estados Unidos.
Aunque es cierto que el dominio del inglés es necesario para poder ascender en la escala social y establecerse sólidamente en los Estados Unidos, el español ha llegado (y junto con el inglés) se ha convertido en el idioma de la comunicación entre la comunidad venida de Latinoamérica. Las nuevas generaciones aprenden el inglés en la escuela, pero hablan el español en la casa, en el barrio, en la iglesia, en el supermercado, etc. El español no es el idioma de los abuelos, es también el idioma de ellos.
Es necesario entender que hay diversidad racial dentro de la comunidad de habla castellana. Hay blancos, negros, mestizos... Los hablantes hispanos no son una raza, son un grupo humano que tiene en común el idioma español como lengua de la comunicación. A la mayoría de los miembros de la comunidad de habla española le gusta referirse a ellos mismos de acuerdo al país de origen: mexicano, cubano, colombiano, etc.
Los llamados países clásicos de la inmigración (Estados Unidos, Canadá y Australia) junto con las naciones europeas de donde vinieron muchos de los actuales latinoamericanos (Italia, España y Portugal) son los principales destinos de quienes han decidido hacer su vida en el exterior.
Una de cada tres personas en California es latina y representan tres cuartos de la población de este estado. Estados Unidos es uno de los principales receptores de inmigrantes sobre todo venezolanos y mejicanos. En España, uno de cada cuatro nuevos trabajadores que cotizan en la seguridad social son inmigrantes, que proceden principalmente de Ecuador y Colombia.
El problema político y la desestabilización económica no les deja otra salida que la de emigrar. Los trabajos que se ofertan en su mercado son de baja paga, con jornadas de trabajo muy largas. Por una tarea similar en Estados Unidos los trabajadores pueden percibir entre 8 y 10 veces más que en sus países de origen. Por ello, buscan una opción de trabajo en ese país.
Los latinos emigran a América del Norte por el desencanto que sienten con las pocas posibilidades de progreso económico que les ofrecen sus respectivos gobiernos latinoamericanos. Así que abandonan sus hogares para probar suerte en busca de “el sueño norteamericano”.
La situación es grave en Hispanoamérica: la educación pública de estos países es inadecuada (falta de equipo, materiales, aulas y de maestros/ as capacitados). Esta educación de baja calidad que poseen provoca que las expectativas para graduarse sean pocas por lo que muchos jóvenes abandonan la escuela.
Una vez han llegado a su destino, tras mucho sacrificio y un viaje muy peligroso se encuentran sin dinero, casa ni trabajo y con que la mayoría de los norteamericanos (sobre todo en Estados Unidos) no los tratan con respeto. Atónitos ante la cruda realidad, muchos son trasladados a cárceles cargadas de violencia y abuso.
Los que nos son apresados son, incluso, perseguidos y tienen grandes dificultades para encontrar un empleo por el simple hecho de ser “inmigrante”. Los trabajos a los que pueden acceder son los que rechazan los residentes en el país (jornadas muy largas de trabajo con un salario mínimo).
Estos emigrantes son conscientes de la cruda realidad: descubren que el sueño norteamericano era sólo un sueño del que acaban de despertar”.
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